lunes, 17 de septiembre de 2007

18S: La Primavera es la Escuela


“Si me dijeran pide un deseo,
preferiría un rabo de nube,
un torbellino en el suelo,
y una gran ira que sube,
un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza,
que cuando escampe,
parezca nuestra esperanza.”
[Rabo de Nube, Silvio Rodríguez]


Eran pasadas las diez de la mañana en la Media 7 del Barrio San Jorge, cuando llegamos con Sarita para reunirnos con el grupo de alumnas y las profes que participan del Programa Jóvenes y Memoria. Ellos investigan el caso de Fernando Alvira, cuyos papás fueron desaparecidos en el Barrio Santa Rosa de San Nicolás.

Fernando era un bebé de meses, cuando secuestraron a Horacio y Cristina, un frío y gris mayo de 1977. Aquellos años donde el árbol de la vida que es la Patria, veía caer como hojas, a miles de compañeros. Eran parte de una generación que fue pisoteada como esas tiernas hojas ya secas en el camino.

En aquel otoño se los tragó el infierno. Sólo Fernandito sobrevivió gracias al reclamo de sus abuelos que se lo arrancaron al capellán Regueiro, cómplice por convicción de los Señores de la Vida y la Muerte.

Pasaron los años, del pasto seco y quemado de escarchas, fueron brotando nuevas formas de resistencia. Y brotaron las Madres de Plaza de Mayo, y reverdecieron los trabajadores de las ciudades y del campo, los estudiantes volvieron a poblar de consignas el horizonte.

Pasaron los años y hubo flujos y reflujos en esa marea eterna de las luchas del pueblo. Hubo carapintadas y leyes de la impunidad, hubo Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio que trajeron nuevos amaneceres, hubo marchas grandes y blancas, que serpenteaban los caminos, con la bandera patria.

Pasaron los años y hubo una odisea argentina en el 2001, un Angel-Pocho pasó volando en su bicicleta, hubo fuego y piedras, hubo bronca y sueños crispados. Hubo diásporas y repliegues de luchadores indispensables.

Pero hubo un día, de tanto machacar la vida, con su luz, con la luz de los 30mil que viene de lejos, que terminó desvaneciendo la impunidad. Los tercos sobrevivientes comenzaron a salir de los rincones del dolor, nuevas generaciones vinieron con otras armas, cargadas de Memoria y Justicia. Y comenzaron los juicios a los represores pero los impunes nos dieron un zarpazo y se llevaron a Julio López.

Hace un año, en un septiembre como este, Haydeé y Anabel me llamaron para que comentara en la Media 7 por qué me habían amenazado, a raíz del secuestro de Julio López. Hablamos de aquellos años en que el miedo impuso la indiferencia cuando se llevaban al vecino. Hablamos que sólo la solidaridad vence al terror, es como la luz del amanecer que victoriosa hace retroceder la noche.

Al año siguiente Sandra con un grupo de alumnas y alumnos decidieron participar del Programa Jóvenes y Memoria de la Comisión Provincial. Impactados por la noticia de un Capellán procesado por la privación ilegal de la libertad de Fernando Alvira, tomaron como proyecto de investigación este caso que los familiares con la representación letrada de H.I.J.O.S. y Sara Cobacho de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense, litigan en el Juzgado Federal de San Nicolás.

Desde entonces en la Media 7 se realizó un Encuentro Regional por Memoria y Justicia, espacio de contención y debate para familiares, testigos y querellantes creado como respuesta solidaria luego del secuestro de Julio López. Esto ocurrió a comienzos de Junio.

En Julio la Comisión Provincial por la Memoria organizó en la escuela los Talleres Regionales para las escuelas de la zona que participan de este Programa. En Agosto vino Fernando Alvira con su compañera a la escuela y pasó el día allí. Todos juntos fueron al barrio Santa Rosa, conversaron con un vecino de los papás de Fernando.

Entre los alumnos surgió el proyecto de pintar un mural en las proximidades de la casa donde cayeron Horacio, Cristina y la hermana Rosa Alvira. Un sábado invitaron al Fiscal para que comentara el curso de la causa. Entre mates y preguntas fueron hilvanando los caminos que la justicia transita, con sus limitaciones, con las voluntades que la empujan para que no demore más la impunidad de tantos años.

Y llegó otra vez septiembre, seguimos buscando justicia, seguimos buscando a Julio López. Se hizo una jornada por los 31 años de La Noche de los Lápices, organizada por los pibes de la Juventud de la CTA. Entrevistaron a LaPipi y Marina de H.I.J.O.S., para saber cómo avanza esa causa. La que ellos investigan y que presentaran en noviembre en Chapadmalal ante las otras escuelas que participan de este programa provincial.

Aquel día, que nos juntamos para ver de qué manera estructuraban el guión del documental, recordando el título del proyecto: "El Tormento de Santa Rosa" se me vino a la cabeza que el tormento es como una tormenta del alma, y que la tormenta de Santa Rosa es un fenómeno meteorológico que en la sabiduría popular anuncia el fin del invierno.

Ocurre que de pronto se hace de noche, los rayos iluminan el horizonte, viene la oscuridad absoluta el silencio, y como un corazón que late desesperado, truena y en el retumbo sentimos una vibración en el alma dolida...después viene el agua, bendita como lágrimas que humedecen la tierra y despiertan aromas de la infancia. Cuando escampa la lluvia, sabemos que una nueva estación ha llegado.

Por la tarde me encontré a tomar mates con Nicolás, un amigo de muchos años, pero no de tantos, aunque lo siento como un amigo de la infancia. Quizás porque tuvimos la misma infancia de pueblo y potreros. Le contaba del título del proyecto, buscando ideas para el guión del documental.

Y me dijo, con el rostro iluminado, "pero claro Cholo, entonces la estación que viene tras la tormenta es la Escuela....la Escuela es la Primavera, ellos los pibes son la primavera que vuelve sobre los pasos de aquellos años que ellos no vivieron. Es la solidaridad que ilumina a los protagonistas, como al Fiscal, a la abogada de H.I.J.O.S., al mismo Fernando que vuelve al Barrio Santa Rosa, con más edad que sus padres."

Más temprano que tarde, con ésta primavera, sembrando Memoria cosecharemos Justicia.

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A un año de la desaparición de Julio López
Desde Claudiamarca, Cholo Budassi, SDH Suteba – CTA San Nicolás

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